Me invaden de repente estas ganas locas de abrazarte, de tocarte, de sentir tu piel en la mía, de contemplar tu mirada y perderme en ella, en el infinito de tu ser, compenetrándonos, amándonos, saboreándonos. Te sueño, te imagino, te deseo, me muergo de cansancio y de sed, no sabía, no comprendía, que se podía sentir de esta forma, con esta energía esplendida que surge de nuestro ser, pero lo siento y sé que lo sientes y me encanta, me llena de vida, de luz, de pasión, de deseo. El saber que estas, que me piensas igual, que en nuestros mundos hay una sola luna y que al mirarla podemos vernos. Donde quiera que estés, te siento aquí.