Dentro de mi existe un ser libre, al que no le gustan las ataduras, los compromisos, los pendientes, ni nada que se le parezca, un ser autónomo, autosuficiente, capaz de enfrentar el mundo sin muchos permisos, porque no me gusta pedirlos, intensa y apasionadamente metódica, lo cual amo y aprecio, pues me da continuidad, estabilidad y cierta paz.
Así transcurre el tiempo, los segundos, la vida, y dentro de esa calma inalterable, llegan a veces situaciones o personas que logran arrancar instantes de locura, de espontaneidad, de un gran gozo del bueno en el alma… y que dicha poder tener esto de vez en cuando, poder apreciar dos mundos dentro de uno solo, a veces suspirando y anhelando, otras veces solo callando y esperando.
Y dentro de esa libertad plena de espíritu nacen amores, ilusiones, fantasías, afectos llenos de risa, de alegría, de apodos cariñosos que dicen tanto y la vez tan poco, de largas horas hablando al teléfono, por el simple gusto de hablar, con silencios calidos, de querer sentirse cerca, añorando presencias que no están pero casi puedes palpar, esos minutos que se vuelven horas, y llegan a llenar vacíos y a formar parte de …….
Entonces te preguntas alguna vez, ¿quiero esto en mi vida de manera permanente? vale la pena realmente… este sentir de esta forma? este asimilar tantas informaciones y procesar esta data?, esa sensación de seguridad, de estabilidad, de calma y sosiego? Estas ganas de perder el miedo y saltar. Vale la pena arriesgar esta libertad conocida por la inestable incertidumbre de un no se que?